Las perlas son producto del dolor, el resultado de la entrada de una
sustancia extraña e indeseable al interior de la ostra, como un parásito o un
grano de arena. En la parte interna de la ostra se encuentra una sustancia
lustrosa llamada nácar. Cuando un grano de arena penetra en la ostra, las
células de nácar comienzan a trabajar y cubren el grano de arena con capas y más capas de nácar para proteger el cuerpo indefenso de la
ostra. Como resultado, se va formando una hermosa perla. Una ostra que no
haya sido herida de algún modo, no puede producir perlas. La perla es una
herida cicatrizada.
"Una ostra que no ha sido herida no puede producir perlas"
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