viernes, 22 de febrero de 2013

COMER, REZAR, AMAR - Elizabeth Gilbert

Desesperada, le suplico a mi mente que se quite de en medio y me deje encontrarme con Dios, pero me lanza una mirada impecable y me dice: Jamás te voy a dejar que me pases por alto. Me paso todo el día tan furiosa y llena de odio que temo por la vida de cualquiera que se me cruce en el camino. Le doy un bufido a una pobre mujer alemana que no habla inglés y no me entiende cuando le digo dónde hay una librería. Me avergüenzo tanto de mi ataque de furia que me escondo en un cuarto de baño (¡otro!) y rompo a llorar, pero me indigno conmigo misma por llorar, porque la gurú me ha dicho que debo procurar no venirme abajo para no convertirlo en una mala costumbre... Pero ¿ella qué sabrá? Es una iluminada. No me puede ayudar. No me entiende. No quiero que nadie me dirija la palabra. Ahora mismo no soporto ver la cara de nadie. Hasta logro esquivar a Richard, pero a la hora de cenar me ve y se sienta -el muy valiente- en mitad de mi nube negra de autofobia:

-¿Por qué estás tan rarita? -me pregunta hablando con un palillo en la boca, como siempre.
-Qué me das te da -le digo antes de contarle todo el rollo entero, de principio a fin, acabando con -Y lo peor de todo es que me he vuelto a obsesionar con David. Creía que se me habia pasado, pero no hago más que acordarme.
-Date seis meses más -me aconseja. -Y ya verás cómo se te pasa.
-Ya me he dado doce meses, Richard.
-Pues date seis meses más. Échale meses, de seis en seis, hasta que se te pase. Estas cosas llevan tiempo.

-Zampa, escúchame -me dice Richard. Un día de éstos vas a recordar esta época de tu vida como un dulce momento de tristeza. Entenderás que, estando de duelo y con el corazón roto, estás en el mejor sitio posible para cambiar tu vida. Es un hermoso lugar dedicado a la devoción y en un estado de gracia. Vive este momento minuto a minuto. Deja que las cosas se arreglen aquí, en India.

-Pero es que lo quería de verdad.
-Pues mira qué bien. Querías a no sé quién. ¿No sabes cómo funciona ese tema? El tipo ese te ha tocado una parte del corazón que no sabías ni que tenías. Vamos, que te ha dejado tocada, nena. Pero ese amor que has sentido no es más que el comienzo. Casi ni lo has probado. Es sólo un amor mortal, pobre y chapucero. Ya verás cómo eres capaz de amar mucho más profundamente. Caray, Zampa, que un día llegarás a querer al mundo entero. Ése es tu destino. No te rías.

-No me estoy riendo -le dije llorando. Y, por favor, no te rías de mí, pero creo que no consigo olvidarme de él porque estaba convencida, en serio, de que David era mi alma gemela.

-Y probablemente lo fuera. Lo que pasa es que no sabes lo que eso significa. La gente cree que un alma gemela es la persona con la que encajas perfectamente, que es lo que quiere todo el mundo. Pero un alma gemela auténtica es un espejo, es la persona que te saca todo lo que tienes reprimido, que te hace volver la mirada hacia adentro para que puedas cambiar tu vida. Una verdadera alma gemela es seguramente la persona más importante que vayas a conocer en tu vida, porque te tira abajo todos los muros y te despierta de un porrazo. Pero, ¿vivir con un alma gemela para siempre? Ni hablar. Muy doloroso. Un alma gemela llega a tu vida para quitarte el velo de los ojos y se marcha, gracias a Dios. Pero a ti no te da la gana soltarlo. Esa historia se acabó, Zampa. La función de David era darte una sacudida, sacarte de ese matrimonio que no funcionaba, machacarte un poco el ego, hacerte ver tus obstáculos y adicciones, romperte el corazón para que te entrara nueva luz y despertarte y hacerte descontrolar tanto que no te quedara más remedio que cambiar tu vida y luego presentarte a tu maestro espiritual y largarse con viento fresco. Ése era su cometido y lo ha hecho a la perfección, pero ya se acabó. Y a ti no te da la gana archivarla como una relación corta y punto. Eres como un perro en un vertedero. Venga a chupar una lata a ver si le sacas algo de alimento. Si sigues así, se te va a quedar el hocico metido en la lata y las vas a pasar mal. Así que olvídate del tema.

-Es que lo quiero.
-Pues quiérelo.
-Es que lo echo de menos.
-Pues échalo de menos. Mándale luz y amor cuando te acuerdes de él y olvídate del tema. Te da miedo deshacerte de los últimos trocitos de David porque sabes que te vas a quedar muy sola ¡y a Liz Gilbert le da pánico plantearse lo que le puede pasar si se queda sola! Pero tienes que entender una cosa, Zampa, si pudieras despejar todo ese espacio que ocupas en tu mente por obsesionarte con este tipo, tendrías una puerta y ¿sabes qué haría el universo al verla? Colarse. Se colaría y te llenaría del amor que jamás hayas podido conocer. Deja de usar a David para bloquear esa puerta. Olvídate de ese tema.

-Pero me gustaría que David y yo...
-¿Lo ves? Eso es lo malo que tienes, ¡me interrumpes! Te gustan demasiadas cosas. Menos "gustar" y más "buscar", nena, que vas de culo y cuesta abajo.
-¿Pero cuánto voy a tardar en dejar de sufrir?
-¿Quieres que te dé una fecha exacta?
-Sí.
-¿Qué quieres? ¿Marcarla con un círculo en el calendario?
-Sí.
-Te voy a decir una cosa, Zampa, eres una manipuladora obsesiva.

Elizabeth Gilbert

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