domingo, 17 de marzo de 2013

EL HELECHO Y EL BAMBÚ


Un día decidí darme por vencido… renuncié a mi trabajo, a mi relación, a mi vida. Fui al bosque para tener una última charla con Dios. -Dios, le dije. -¿Podrías darme una buena razón para no darme por vencido?

Su respuesta me sorprendió… -Mira a tu alrededor, Él dijo.

-¿Ves el helecho y el bambú? 
-Sí, respondí. 
-Cuando sembré las semillas del helecho y el bambú, las cuidé muy bien. Les di luz. Les di agua. El helecho rápidamente creció. Su verde brillante cubría el suelo. Pero nada salió de la semilla de bambú. Sin embargo no renuncié al bambú. En el segundo año el helecho creció más brillante y abundante y nuevamente, nada creció de la semilla de bambú. Pero no renuncié al bambú. Dijo Él.'En el tercer año, aun nada brotó de la semilla de bambú. Pero no renuncié, me dijo. En el cuarto año, nuevamente, nada salió de la semilla de bambú. No renuncié, dijo. Luego en el quinto año un pequeño brote salió de la tierra. En comparación con el helecho era aparentemente muy pequeño e insignificante. Pero sólo 6 meses después el bambú creció a más de 100 pies de altura. 

Se había pasado cinco años echando raíces. Aquellas raíces que lo hicieron fuerte y le dieron lo que necesitaba para sobrevivir... No le daría a ninguna de mis creaciones un reto que no pudiera sobrellevar. 

Desconozco su autor

No hay comentarios:

Publicar un comentario