Allí salió Dolly rodeada de cuatro de sus lindos cachorros juguetones. Al muchachito le brillaban los ojos mientras, pegado al alambrado, observaba a Dolly con sus crías. Cuando lo vieron, todos los perritos se acercaron al alambre intentando saltar y jugar con el niño que los miraba del otro lado. Pero el niño observó curioso que en la casita de los perros aún había movimiento, y vio cómo cojeando salía otro perrito aún más pequeño que los demás, intentando saltar y treparse al alambrado como sus hermanitos para jugar con el muchacho.
Al verlo, el niño dijo: -Quiero ese cachorro. Y el campesino le respondió: -Oye, tú en verdad no quieres ese cachorro, no corre nada bien y nunca podrá jugar y divertirse como los demás. Y el niño, levantándose una manga del pantalón y dejando entrever una pierna ortopédica, dijo: -Verá, señor, yo tampoco puedo correr muy bien, y ese cachorrito necesita alguien que lo entienda...
Desconozco su autor
"El mundo está lleno de personas que necesitan ser entendidas"
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